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En Tandil el fútbol femenino crece sin detenerse

(Foto: Jugadoras de Independiente con Agustina Barroso, tandilense de la escuela de «Memo» Depietri que juega en el fútbol inglés).

Por Valentín Fernández Michelini

En el centro de la provincia de Buenos Aires, hay una gran movida social ascendente en cuanto a la participación de la mujer en el fútbol, un ambiente predominado por el hombre que abre lentamente su paso al género femenino.

A través de los años, las mujeres han intentado sumarse al deporte más popular del planeta e intentar vivir desde adentro la pasión por el fútbol. La ciudad de Tandil es un claro ejemplo del crecimiento que se viene dando en materia femenina futbolística, donde las chicas buscan vencer los prejuicios de una sociedad machista para ser parte de la fiesta grande del fútbol.

A mediados de 2014, en la ciudad serrana se creó un torneo de fútbol femenino amateur para jugar entre amigas, que alcanzaba los 30 equipos. Al día de hoy, el certamen cuenta con 35 planteles (aproximadamente 350 jugadoras) divididos en 6 categorías, que juegan todos los sábados.

Luis Ibarra, organizador de ésta Copa Cosa de Serranas, sostiene que es su torneo el que “arrastra el crecimiento de la cantidad de mujeres que juegan al fútbol”. Para él, Tandil es “una excepción y un oasis” dentro del fútbol femenino, destacando que para que las mujeres tengan su lugar en el deporte se necesita mucha organización de fondo. En su consideración, el machismo futbolero de nuestra sociedad se ve reflejado en que “como las mujeres no generan ventas no se les da importancia ni recursos, por lo que viven ‘volando bajo’, sin que se les dé recompensa mediática o económica y pese a su gran esfuerzo, terminan siendo un grito aislado y necesitado de sponsors”.

El club más importante de la ciudad, Independiente, incorporó el fútbol femenino a sus actividades hace menos de dos meses y por primera vez en sus 98 años de historia. La profesora Mariela Camio cree que son muchos los motivos que llevan a las mujeres a practicar el deporte. El principal es que “hoy en día se aceptó el fútbol en la mujer”. Las chicas, también asisten a sus clases “por la cultura futbolera que hay en sus familias, por hobby o por el condimento de la moda de lo que es hoy el fútbol femenino”, aclara.

Para Camio, la demanda de chicas es muy alta (entrena a 45 jugadoras) lo que la “sorprendió mucho” porque superó sus expectativas. Además, cree que el fenómeno seguirá creciendo, “no sólo en cantidad sino también en la calidad de las jugadoras, ya que muchas chicas al practicar otros deportes cuentan con buena motriz y ciertos conceptos de juego, que hacen más simple el trabajo”.

A la hora de referirse a la discriminación machista, la entrenadora (y jugadora insignia de la mencionada Copa Cosa de Serranas), reconoce que antes era mucho mayor, ya que a quien jugase se la vería como “una especie de bicho raro, o una machona”. En la actualidad, considera que este prejuicio es “bastante leve, ya que el deporte hoy en día está bastante aceptado en la mujer y muchos hombres se quedan sorprendidos con el nivel de juego que existe”.

Guillermina López, por su parte, valora tener en su clase de Baby Fútbol del club Ferrocarril Sud a tres niñas entrenando con varones. “Juegan en conjunto porque la diferencia física no es tanta cómo a los 10 años y así las mujeres se pueden acostumbrar a otro ritmo de juego que el día de mañana las hará sacar mucha diferencia”. El club, añade, incluyó un equipo femenino que compite en torneos de Fútbol 8 y Fútbol 5, lo que hace que para ella “se forme un gran semillero y se pueda construir algo muy importante a futuro”.

Según la profesora, el fútbol femenino “siempre fue normal, pero hoy se ve como algo habitual, ya que las mujeres practican el deporte más que nada por una cuestión social, una aceptación de la sociedad a lo que es el rol de la mujer”. En su análisis, la discriminación hacia el género ha disminuido mucho, aunque no sabe “si va a desaparecer por completo en algún momento”. Por último, López no duda en que “si se le diera importancia y recursos al fútbol femenino se podría aprovechar y explotar el muchísimo talento que hay en la Argentina”.

En síntesis, el fútbol femenino parece, de a poco, ir formando parte de nuestra cultura, esa pasional que permite a un conjunto de personas reunirse no solamente con el objetivo de patear una pelota, sino de ser parte de un movimiento social que traspasa barreras, llámese, en este caso, el sexo de una persona.

 

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