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Intocables y el fuego sagrado de un «loco»

Hay equipos que tienen el fuego sagrado, que tienen ese no sé qué, que son distintos, incluso perdiendo… pierden distinto. Lo sienten y lo viven distinto. Llevan en la sangre impresa una mística especial. La de la constancia, la de siempre “estar”. Intocables, sin dudarlo, es uno de esos equipos.

Porque está metido en una bolsa, en tantos años (9 pirulos), en la que prácticamente han vivido de toooodo. Pero de todo literalmente. De perder la final de un Nacional con el temido La Espiga y prácticamente no poder tocar la pelota. Y que uno de sus muchachos, con todo el enfado y la sinceridad del mundo diga tras la misma: “Si vienen estos equipos de Buenos Aires, nosotros ya no vamos a poder ganar más”. Eso es el fuego sagrado, eso es sentir la derrota en carne propia e ir vislumbrando todo el tiempo la competencia y la proyección de la misma.

Eso es lo que más nos impacta de la mentalidad de Darugna y compañía. Es cuasi un profesional sumergido en un mundillo muy amateur. Porque cuando se habla de Intocables, en un 99% se está hablando del corazón de este delegado que es un fanático del fútbol. Literalmente. Como habrá tantos otros, sí. Quizás en el sentido pasional de la palabra. Pero con una energía especial, única. Un loco lindo que de tan seguidor del torneo, se convirtió en enemigo público. Envidiado. Y también idolatrado. Genera amores y rencores. Amigos, enemigos y lacayos. Y bajó el perfil porque no daba para bancarse críticas de gente que no lo conoce. Porque esa es otra de las cosas que nos consta: cuando lo conocés, lo querés. Por momentos se pone denso, es cierto. Por momentos se pone meloso, también correcto. Pero es entrador y conquistador cuando quiere, es capaz de ir a Brasil de vacaciones y terminar del otro lado de la barra atendiendo un bar, es capaz de ir a Mar del Plata e impresionar con su delegación al punto de que digan “qué profesional este equipo”. Porque uno es como vive, como camina, como piensa. Todo el tiempo estamos proyectando lo que somos y Mati Darugna es Intocables, “su” Intocables y a partir de esa necesidad tan linda que tiene de manifestarse en el mundo del fútbol es que dirige y de vez en cuando juega con Intocables, los sábados juega el Senior Serrano con Torino y los domingos también dirige en el Agrario. Es decir, está loco. Literalmente loco por el fútbol. Y tiene una mujer que es una santa (Paz Arce), una madraza con todas las letras y lo acompaña y lo apoya como pocas veces se ha visto. Además, juega en Las Intocables y ese es otro grupo humano hermoso. Y también lo generó el mismísimo Darugna. Ni qué decirles del amoroso Benja y el pequeñito Benicio (sus hijos). Son un dulce de leche y son un reflejo de lo que es Matías Darugna, puro corazón por el fútbol. Viven pateando en una cancha y la otra. Benjita tiene una zurda prometedora (dicho sea de paso).

Las críticas que ha recibido y que tanto le duelen, son puro humo. De gente que no lo conoce y no sabe de su sana locura por el fútbol. Que no lo conoce por dentro o simplemente le envidian todo lo que ha logrado. Alguno pensará por ahí, ¿qué logró este muchacho? No se trata del hecho de conquistar tres títulos grossos dentro del mundo amateur (2 A-1 y un Regional) y tantos otros de distinto relieve. Se trata de perseverar en la vida uniendo grupos humanos a lo largo de años y años. Cualquiera que sea delegado, al menos por una temporada, podrá dar fe del tremendo logro que es mantenerse siempre tan latente.

Una de las cosas más lindas que nos ha pasado como organizadores, sin dudas, es Matías Darugna. Y hechos insólitos como que en la calle nos griten, cuando hicimos lo de la encuesta para definir uno de los nombres del torneo, “¿cómo no lo van a poner de nombre del torneo a Darugna?” son situaciones muy graciosas y sinceras. Justicia social, si se quiere. La gente te canta la justa cuando te equivocás. Aunque en realidad nosotros queríamos y él no nos lo permitía.

Es que tipos como Darugna o Nico Roldán (otro que nos reclamaron popularmente por su nombre en el torneo) son casos únicos. Se da muuuy cada tanto encontrar personas así en el mundo del fútbol. Cada uno con su estilo, cada uno a su manera pero reflejan lo más lindo del fútbol: el compartir momentos para el recuerdo en una vida que es efímera. Porque dentro de algunos años estará cada uno sentado en su casa tomando mate y recordando viejos y buenos momentos compartidos con su equipo. Eso es lo que nos vamos a llevar a la tumba. La Caravana es otro equipo emblemático que con Nico Roldán, tarde o temprano, también recibirán un reconocimiento aparte (si es que ya no lo tienen). Y de a poco va asomando Fonavi en esa cuadrito de equipos grossos de la Copa con una mística más barrial, si se quiere.

Pero retomando el foco de esta nota, Darugna y su querido Intocables… desde aquel equipo Joyería Alens de fútbol 5 en El Potrero a hoy, ha transitado una vida entera, con el nacimiento de sus hijos en el medio, abocada al fútbol amateur.

Y hubo un antes y un después, siempre lo decimos, cuando apareció el animal del arco: Héctor “Bachi” Cordero. Otro que despierta suspiros de admiración y repudios al por mayor. Fue la pared perfecta que necesitaba Darugna para canalizar su pasión por la Copa Cosa de Serranos. El tipo que desde el arco, convirtiéndose en muralla, y transmitiendo confianza y aceitando la defensa, le dio ese plus a Intocables que tanto anhelaba Matías para lograr la conquista de la A-1. Y ahí fue cuando el verdinegro logró un salto de calidad alcanzando en el tramo de dos años dos títulos locales de los grossos y un Regional en Mar del Plata. Impensado en los comienzos de este equipo, porque Darugna siempre iba de punto a los torneos. No tenía con qué y se desesperaba por lograr el título más deseado en Tandil. Hasta llegó a ofrecerle plata a Dieguito Sosa (hoy jugador profesional en Argentinos Jrs.) para que juegue con su equipo.

Esa “desesperación” por ganar, siempre sana, lo ha llevado a ser una especie de Boca Juniors en estos tiempos, o Real Madrid. En el estilo de que salvo 4 o 5 pilares, el resto del plantel siempre se fue moviendo con refuerzos. Algo no tan típico en un fútbol amateur que se caracteriza por tratarse de grupos esenciales de amigos. Pero son gustos y Mati es un tipo que siempre le buscará la vuelta a todo. La frase “no hay peor gestión que la que no se hace”, le calza de lleno en su alma. Busca hasta el final lograr mejoras para su equipo, en todo sentido. Desde hacer peñas hasta jugar eternamente turnos los martes por la noche. Es difícil ponerse a mencionar referentes de un plantel históricamente ganador como Intocables porque podemos cometer el terrible pecado del olvido. Pero así, a vuelo de pájaro, se nos viene el viejo y querido Martín Fabre. O Paquito Saltalamacchia. Uno de los más admirados y ganadores históricos de la Copa (incluso la ganó con Pinocho): Dogui Deanes. Lea “Pela” Salituri, Pedrito González (uno de los refuerzos que se quedó a vivir) o Ema Gilardi. Sin dudas, Intocables fue cobijo y cuna de grandes jugadores. Porque los que se sintieron a gusto, se hicieron “grandes” en Intocables. Higuito Muñoz. O quizás más acá en el tiempo Dani Candia. O el terrible goleador que fue Facu Corradi en aquella conquista de la A-1 en el Apertura Moncho Monzón de 2015. También Duggan Ots que estuvo en todo el 2016 y logró la conquista del Regional y ahora volvió y es parte del plantel campeón de Copa Argentina y de Invierno.

Con una energía inoxidable, si nos ponemos a contar anécdotas de él tenemos para varios tomos de libros. Es que Mati tiene una intensidad que se hace difícil seguirle el ritmo a diario. Y se merece este reconocimiento. Simplemente queremos agradecerle por todo y decirle que lo queremos mucho. Que la Copa sin él no sería este éxito que es hoy a nivel Nacional. Que él con su “enfermedad” nos enseñó y nos corrigió mucho. Que aunque no quiera porque intenta, dentro de la medida de lo posible, tener el perfil más bajo posible nos vemos obligados sentimentalmente a ponerle su nombre de una vez por todas al Clausura de la apasionante Copa Cosa de Serranos.

Sí, señoras y señores: llegó el momento de que El Clausura de la Copa Cosa de Serranos sea denominado “Clausura Matías Darugna”.

Gracias por  todo, Mati. Loco lindo y carismático.

 

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